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Raquel Verdú

About

"Your body is a battleground"

          Barbara Kruger

Tú cuerpo es el campo de batalla. Con esta sugerente sentencia se anunciaba una gran marcha feminista mediante un cartel obra de la artista Barbara Kruger. Dicha sentencia se podría localizar como punto originario para la producción visual de la artista Raquel Verdú, quien parte de la teoría Queer como territorio referencial para la reflexión en torno a los mecanismos de subjetivación contemporáneos del biopoder.

 

A través del despliegue de obras multidisciplinares en No hay mancha atrás la artista plantea modelos de identidad sexual y género como el resultado de una construcción social, y por tanto política. Es el cuerpo el medio -en tanto que medialidad- externo y social de la identidad, el vehículo metafórico lleno de significados.

 

La obra de Verdú, orientada al desvelamiento de los castrantes símbolos cotidianos de control, como pudiera ser unas aparentemente inofensivas bragas, saca a relucir la doble condición del cuerpo humano, como objeto y sujeto. Por una parte es el mecanismo productor de subjetividad, lo que es la identidad, y por otra es un objeto de placer sexual. Es sobre todo en esta última idea donde la artista más se ha detenido, en la exploración de las formas de sexualidad contemporánea como vía de emancipación de los condicionamientos sociales. Para ello, el cuerpo se convierte en mera carne, en soma, un dispositivo de la sensualidad. Es en el orgasmo, como en la muerte, cuando nuestro ser se solapa en un único instante de placer, somos la intensidad y vibración del momento, el último aliento, la última frontera.

 

Algo tan común como la ropa interior oculta y manipula el cuerpo erótico, que más allá de ser un mero pedazo de tela se convierten en objetos que no solo esconden pudorosamente el sexo, sino imponen unos roles y estándares, marcan unas pautas y tiempo, condicionan la experiencia subjetiva con uno mismo y con el otro.

Detrás del cotidiano acto de vestirse se encuentra la cuestión de domar ese dispositivo sensual somático a la normatividad imperante, heredada de modelos pre-modernos de sujeto. De tal manera, la vestimenta íntima podría ser entendida como la fetichización obscena de un mundo pornografiado, que solo desea categorizar y consumir. 

 

La obra que nos presenta Raquel Verdú, envuelta en ironía y humor como acostumbra en su trabajo, funciona como un comentario meditado acerca de las distintas formas de la representación contemporánea de la sexualidad, los distintos roles manifestados en la dualidad femenino-masculino y las imposturas de los modelos hetero-normativos activos en la sociedad actual, los discursos preponderantes del bipoder interiorizados sutilmente en nuestra actitud cotidiana y privada. 







                                                                                                                                                     Artístides Santana.

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